jueves, 30 de junio de 2011

EL POLEN

La polinización es la función más importante y vital que las plantas realizan para
fecundarse y reproducirse. En este proceso, el polen (elemento masculino de las flores)
es conducido a los ovarios de las plantas femeninas. Su función es la de generar nuevos
frutos y semillas y es precisamente allí donde radican sus extraordinarias virtudes
nutrientes y terapéuticas.


El polen es recogido por las abejas y transportado desde las flores hasta el panal en una
bolsita que tienen en sus patas traseras. Un gramo de polen está formado por 125
partículas casi invisibles: eso significa que en un kilo hay 12,5 millones de partículas. Para
llevar ese kilo al panal en un solo día se necesita el trabajo de unas 3.000 abejas obreras,
siempre y cuando cada una realice 20 viajes.

El polen es una de esas milagrosas dádivas que el mundo animal brinda generosamente
a sus hermanos mayores. Nadie que sea honesto puede afirmar que el polen cura todo,
pero está demostrado que actúa espléndidamente sobre buena parte de las
enfermedades más graves, al igual que la miel y la jalea real, eslabones de una cadena a
través de la cual la naturaleza procura aferrar al hombre a la salud y al bienestar.
La miel que consume el ser humano puede tener cantidades variables de polen puro, al
que los expertos definen como un alimento vivo y un superconcentrado que no tiene igual
en la naturaleza. Consumido en estado puro o incluido en la miel que las abejas procesan,
tiene efectos sorprendentes sobre la salud, la fuerza física y todas las funciones
orgánicas.

Su Definición

El Código Alimentario Argentino lo define como el elemento masculino de las flores,
recogido por las abejas obreras depositado en la colmena y aglutinado en granos
por una sustancia elaborada por las mismas abejas.

La Composición

Contiene proteínas y es la mayor fuente conocida hasta hoy de vitaminas, minerales e
hidratos de carbono. Posee vitaminas A,B,C,D,E y K, aminas, esterol, lecitina, nucleínas y
en general, todos los aminoácidos indispensables. Contiene potasio, magnesio, calcio,
silicio, fósforo, manganeso, azufre, cobre, hierro y cloro. Es rico en vitamina P que
aumenta la resistencia vasocapilar y previene la embolia. Posee agentes antibióticos muy
poderosos y una provitamina llamada caroteno que el organismo transforma en vitamina
A.

El polen, de acuerdo al Código Alimentario, deberá responder a las siguientes
características de composición:
Concepto Límites
Humedad Máximo 8%
Cenizas Máximo 4%
Proteínas 15-28 %
Hidratos de
carbono
45-55%
PH 4-6

Las Propiedades


  • Un extracto del polen, la cernitina, se usa contra la gripe, los trastornos urinarios y el
sarampión.
  • El polen puede curar la anemia en los niños y los estreñimientos en los adultos.
  • Es reconstituyente, tónico y energizante.
  • Equilibra y regula las funciones orgánicas
  • Combate la diarrea
  • Es desintoxicante
  • Cubre deficiencias en la alimentación: aporta minerales y proteínas
  • Se utiliza para combatir el reumatismo, la falta de apetito y el desgano sexual.
  • Es útil para combatir la pérdida de peso, la calvicie y la resequedad y fragilidad de la piel.
  • Fortalece los vasos sanguíneos
  • Se utiliza para tratar la neurastenia, los estados depresivos y el insonmio.
  • Es un buen remedio contra la arteriosclerosis, la pérdida de memoria y la anemia.
  • Combate la fatiga ocular

El polen en estado puro puede obtenerse en las tiendas especializadas. Se comercializa en la forma de pelotitas de diferentes colores, entre los que predominan el amarillo y el naranja.

Al igual que la miel, el polen contiene antibióticos naturales y no pierde sus propiedades
durante el tiempo que está almacenado.

Como se puede observar es un maravilloso producto natural que puede constituir parte de
nuestra dieta diaria. 



¿Cómo incorporarlo  a la dieta? 

Como y cuando nos apetezca (sólo, en ensalada, con miel, con yogurt,...) La única limitación es no tomarlo con líquidos calientes ya que el calor desnaturaliza sus proteínas.
El polen tiene un sabor al que no estamos acostumbrados. A pesar de que al principio resulte desagradable, nos va a llegar a gustar.

Una receta para empezar a tomarlo puede ser yogur natural con una cucharada de miel y otra de polen.

Podemos moler el polen (vale un molinillo de café) y mezclarlo con miel (dos partes de miel por una de polen) Esta mezcla se conserva perfectamente en un tarro cerrado y se puede convinar con yogurt.
 
Fuentes:   
  • Dirección de Industria Alimentaria - Sagpya
  • Christian Paul Ozers.